Este año ha sido de incalculable valor. Fue como una prueba de lo que era capaz, quería probarme, quería llegar a ser mejor de lo que ya era, porque siempre pensaba que no era lo suficiente bueno en nada. Echo la vista atrás y ahora me doy cuenta que de alguna forma u otra estaba equivocado en todo, que tenia razón en todo.
He visto lugares preciosos, bellas puestas de sol e interminables amaneceres. He caminado, mucho, y mis pies se han cansado, pero no me he rendido. Me he recostado sobre la hierba bajo la sombra de arboles centenarios y las palmas de mis manos han tocado la piedra caliza que tocaron guerreros hace miles de años. He visto la sombra del sol desde su cara oculta, desde la cara oculta de las personas y me he sentido descorazonado, pero también he reído con gente, gente buena y sincera, he disfrutado con la bondad de los extraños... he abrazado, he amado... tanto tiempo pensando que estaba solo... al final, todo ha estado allí todo este tiempo, en la palma de mi mano...
Y a veces no puede evitar pensar en el tiempo que he derrochado buscando respuestas cuando estas eran tan evidentes, yo tenia la llave, yo era la cerradura, porque las respuestas estaban en mi. Gandhi lo sabia, y el mismo lo dijo, "si quieres cambiar el mundo, cambiate a ti mismo". Todo reside en nuestro interior, en nuestra experiencia compartida, en la simple necesidad humana de buscar un alma gemela, de conectar y de saber en el fondo de nuestro corazón que no estamos solos.
Leí en un blog hace poco una bella pero desesperanzadora frase que lo resume todo certeramente. La vida pasa en un pestañeo, dijo su autora, y Dios, cuanta razón tiene... Y se que habrá momentos en los que me seguiré sintiendo perdido, eso es inevitable, esta en mi esa desdeñable cualidad de querer darle una explicacion a todo. Ahora veo un mundo colmado de posibilidades, de las cuales yo soy una de ellas. "El reino de las posibilidades esta en uno mismo", solo depende de nosotros hacer realidad esas posibilidades. ¿Te has visto alguna vez a través de los ojos de la persona en la que te has convertido? Quizás la respuesta se halle en como siento el mundo...
En este mar infinito de posibilidades que me rodea ¿como es posible que siga haciendo lo mismo una y otra vez? Ese idea me acosaba constantemente antes de comenzar mi viaje, cuando sentía que algo no encajaba en mi vida, que algo fallaba. Quería ver mas allá de lo que siempre había visto. Siempre los mismo trabajos, la misma rutina, las mismas relaciones, las mismas personas, y no me malinterpretéis, todas esas personas siguen siendo importantes en mi vida, pero ¿no es asombroso que tengamos opciones y posibilidades a nuestro alrededor pero que no seamos conscientes de ellas? Estaba tan condicionado a mi vida diaria, tan condicionado a la manera que construía mi vida, que realmente creía que no podía hacer nada mas en ella, que no podía cambiarla. Entonces me di cuenta de que vivía en un mundo en el cual solo veía la punta del iceberg, pero indudablemente había mas debajo. En cierto modo es como la madriguera del conejo blanco. Neo podría haberse quedado en casa, pero tenia la posibilidad de seguir al conejo blanco y así lo hizo, y todos sabemos a lo que le llevo.
Lo que quiero decir, es que nosotros creamos nuestra realidad, y para crear nuestra realidad hay que convertir esas posibilidades infinitas en experiencias. La pregunta seria entonces ¿hasta que profundidad de la madriguera del conejo quiero ir?
Siento haberos dado el toston con todo esta parrafada existencial. Espero que este temazo de Pink Floyd (que por cierto encontre en el blog de una excelente escritora) os compense.