Corazonadas, impulsos, instintos, palpitos y destino... Cerramos los ojos y nos sospechamos acertados, y esa corazonada, ese impulso que llevamos toda una vida sintiendo, pero del que solo nos percatamos hace un tiempo, se convierte en un fuego arduamente vencible, y de repente, sucumbimos ante él, y nos convertimos en nada mas que lineas redactadas de un largo manifiesto llamado Humanidad.
Somos hijos del orgasmo, y aun asi nos sorprende la curiosidad cuando nos ocurren ciertas cosas por casualidad. Demasiado curiososo, tanto, que no puede nacer simplemente de la curiosidad. Te adentras en noches de humo, y te diviertes preguntando a desconocidos aparentemente superficiales "Oye tu, ¿casualidad o destino?", y descubres que la vida se rige por una serie de inexactitudes que apenas logramos intuir. Lo que sucede, aunque sea en el lugar mas lejano, te sucede. Pululas hambriento y deseoso, inspirado y encadenado a esos recuerdos que hay en el vertedero que tienes por memoria, y te acuerdas de aquella chica rusa que no paraba de mirarte y te hacia sentir bastante incomodo, y he aqui la historia, te sientes arrastrado hasta el fondo del mar con solo una piedrecita atada al pantalon...
Y entonces dejas atras el momento de la duda ¿Sabes cuando es eso? Es el momento de un viaje en que es más largo volver al punto de partida que continuar hasta el final. Al Sol le gustaría detenerse un momento, incluso retroceder, pero tu no, tu continuas, y cuanto mas harto crees que estas ella viene y te salva. Te ama mas que tus fantasmas y sabe mas del deseo que de la satisfaccion, y tu aun estas por conquistar, esa es tu emocion... y recuerdas entonces lo que dijo Óscar Wilde: “Porque el fin de la vida es el desarrollo personal para alcanzar plenamente la naturaleza de uno mismo. Para eso estamos aquí. Una persona debería vivir exteriormente su vida. Dar forma a todo sentimiento. Expresión a todo pensamiento. Realidad a todo sueño. Todo impulso que reprimimos anida en la mente envenenándonos. Sólo hay un modo de vencer la tentación: cediendo ante ella. Resístala y el alma enfermará con el ansia de las cosas que a sí misma se ha prohibido. No hay nada que pueda sanar el alma sino los sentidos. Del mismo modo que nada puede sanar los sentidos sino el alma”...
Somos hijos del orgasmo, y aun asi nos sorprende la curiosidad cuando nos ocurren ciertas cosas por casualidad. Demasiado curiososo, tanto, que no puede nacer simplemente de la curiosidad. Te adentras en noches de humo, y te diviertes preguntando a desconocidos aparentemente superficiales "Oye tu, ¿casualidad o destino?", y descubres que la vida se rige por una serie de inexactitudes que apenas logramos intuir. Lo que sucede, aunque sea en el lugar mas lejano, te sucede. Pululas hambriento y deseoso, inspirado y encadenado a esos recuerdos que hay en el vertedero que tienes por memoria, y te acuerdas de aquella chica rusa que no paraba de mirarte y te hacia sentir bastante incomodo, y he aqui la historia, te sientes arrastrado hasta el fondo del mar con solo una piedrecita atada al pantalon...
Y entonces dejas atras el momento de la duda ¿Sabes cuando es eso? Es el momento de un viaje en que es más largo volver al punto de partida que continuar hasta el final. Al Sol le gustaría detenerse un momento, incluso retroceder, pero tu no, tu continuas, y cuanto mas harto crees que estas ella viene y te salva. Te ama mas que tus fantasmas y sabe mas del deseo que de la satisfaccion, y tu aun estas por conquistar, esa es tu emocion... y recuerdas entonces lo que dijo Óscar Wilde: “Porque el fin de la vida es el desarrollo personal para alcanzar plenamente la naturaleza de uno mismo. Para eso estamos aquí. Una persona debería vivir exteriormente su vida. Dar forma a todo sentimiento. Expresión a todo pensamiento. Realidad a todo sueño. Todo impulso que reprimimos anida en la mente envenenándonos. Sólo hay un modo de vencer la tentación: cediendo ante ella. Resístala y el alma enfermará con el ansia de las cosas que a sí misma se ha prohibido. No hay nada que pueda sanar el alma sino los sentidos. Del mismo modo que nada puede sanar los sentidos sino el alma”...
Me niego a aceptar que la vida humana
se rige por la razón...
la posibilidad de vivir quedaría destruida...
6 comentarios:
Todas nuestras decisiones o el 90 % son inconscientes. Es como jugar al billar...pero no significa que sean irracionales. Es puramente racional.
Aldo Rustiquitis. (lo escuché ayer en la 2)
qué bonita la frase de Oscar
Rustichini, no se que he puesto antes
Buena, muy buena entrada, muy buena cita y definición perfecta
Un saludo!
El otro dia me escribieron una dedicatoria que transcribo literlmente
Vivir es abrir los ojos y darte cuenta de que los sueños se han hecho realidad.
Con todo mi cariño para mi
La escritora de un libro que compré en la feria
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